Las palabras me importan. Me dan qué pensar por sí mismas. Algunas no las haría como son. Puede que en sí misma la palabra feminismo no me guste. La carga que arrastra, el sonido que emite. Es en nuestro background cultural una palabra deteriorada, parcializada, parodiada, manchada, violada. Esta palabra no debería ser feminismo. La cambiaría. …